La situación que atraviesa actualmente el sistema autonómico
español no es fácil y a nadie se le escapa, pero no es algo que no tenga
solución y sobre todo no es algo nuevo.
La cuestión catalán es algo que se inicia más o menos a finales
del siglo XIX con las demandas de Cataluña planteadas al Estado español en
las Bases de Manresa en 1892. Luego, con la crisis del 98, y ya
cuando los nacionalistas catalanes tenían representación en Madrid (1901), Fueron estos
quienes reclamaron la creación de
regiones como principio de la regeneración y modernización del estado.
Los catalanes estuvieron a la vanguardia respecto a otros territorios, ya que fueron los únicos que crearon la mancomunidad
catalana en 1914 como unidad administrativa no política de la región.
El presidente de dicha mancomunidad fue el “padre del catalanismo
político”, Enric Prat de la Riba, “para quien su nación era
Cataluña y su estado España, y para quien su nación tenía
una misión en el estado”.
Tras la I GM(Guerra Mundial), Francesc Cambó demandó la autonomía integral para Cataluña.
Con la instauración de la dictadura de Primo de Rivera se suprime en 1923 la
Mancomunidad catalán y habría que esperar hasta la II República en 1931 para
que se reconociera el modelo de estado
integral.
Tras la sublevación militar de 1936 y el
fin de la guerra civil se suprime todo lo anterior y aparece un
estado centralista.
Con la restauración
de la democracia y la constitución de 1978 se crea un estado que tiende al modelo federal, que no lo es, pero que actúa
como si lo fuera. A mi juicio, el problema en este tiempo fue que los
estatutos se plagaron de políticas
identitarias y que la forma de
conseguir más competencias fue
la relación bilateral con
el Estado, en vez de instrumentos
federales.
Una vez hecho un
recorrido histórico breve que desde el punto de vista jurídico es
importante, puesto que el derecho no puedo obviar la historia. Podemos
referirnos a posibles soluciones para
esta cuestión de estado.
Todos los caminos nos deberían llevar a una reforma constitucional que finalice con la construcción de un Estado
federal donde la solidaridad
entre las partes no debiera de depender
de la práctica política, sino de las
instituciones formalizadas.
¿Qué reformas podemos realizar para una verdadera
construcción federal de España?
-Descentralización del 0,7% del
IRPF
-Poder judicial propio para todos los estados federados
- Traspaso de las transferencias pendientes y de los
recursos necesarios para hacerlas efectivas
-Culminar el reconocimiento de la pluralidad lingüística en
el Senado.
-Reforma del Senado y dotarles de funciones para aprobar, rechazar o sancionar las leyes
federales que afectan a las competencias de los estados federados .La totalidad
de sus miembros serán nombrados por los parlamentos de los estados federados atendiendo a lo proporcionalidad de
representación política.
-Hacienda propia en cada estado federado pero con una aportación al fondo de compensación
territorial.
Todo ello son una pocas reformas que se podrían hacer de
cara a la construcción de un estado federal, pero sin olvidar que lo más importante de todo el la solidaridad
entre los distintos territorios.
Una vez iniciado el
procedimiento agravado de reforma constitucional (art 168) y aprobadas por las
Cortes se deberán someter a referéndum a todo el país y posteriormente se
deberá hacer una reforma del Estatuto de autonomía (Constitución, futura, del
estado federado de Cataluña) que conlleve un referéndum en Cataluña.
Pero todas las reformas que se hagan para desencallar la
situación no servirán de nada sino reconstruimos los afectos entre todos. Hemos
vivido en poco tiempo un proceso de radicalización y odio sin justificación, si
es que este tiene justificación, hacia Cataluña y hacia España. Una serie de
gobernantes irresponsables y sin preocupación por sus ciudadanos se han
dedicado a intentar llevar a cabo sus propósitos de independencia a cualquier precio. Por otro
lado, la pasividad del gobierno central ante este problema ha ido deteriorando
la situación hasta estos extremos que nos encontramos ahora. Tampoco ayudan
frases contra Cataluña que han proferido
personas del gobierno central (Ex ministro Wert).
Probablemente la independencia sea la idea más arraigada en
la élites económicas de Cataluña cuyo patrimonio estará siempre a salvo
haya independencia o no y por tanto, no temen perder nada. Pero yo me
pregunto si las clases medias y trabajadoras de Cataluña estarían dispuestas a
pasar por este envite.
Construir un relato diferente al independentista debe ser la
tarea principal para que aquella gente
que se creyó que la Arcadia era posible con la independencia, vuelva más pronto
que tarde pero sin reposo, como diría la canción, a un proyecto común de país
inclusivo donde cada uno pueda sentirse como quiera pero que rememos todos en
la dirección de progreso por que juntos
nos irá mucho mejor. El ejemplo esta en estos últimos 40 años en España.
Construir un argumento que combata al independentismo es
difícil. Los independentistas han
llenado sus argumentos de sentimientos. Utilizar los argumentos solo de la
razón es algo frio, porque la razón por si es fría, pero si podemos combinar
razón -sentimientos, no al revés, podremos recuperar y solucionar este
problema.
Una vez le preguntaron a Azaña qué si él era patriota-este
contesto-:``Yo no soy patriota, soy español por los cuatro costados, yo no
siento emoción española, yo siente emoción por España, por sus problemas, por
sus gentes, por su futuro´´. Nos iría de otra manera si se hubieran
aplicado muchos políticos esta frase de
Manuel Azaña.